domingo, 21 de diciembre de 2014

PREMIO "ÁGUILA DE POESÍA", CONTRACORRIENTE Y HONESTO


Esperaré siempre con interés el fallo del premio de Aguilar de Campoo. La Biblioteca pública y  la Concejalía de cultura de este Ayuntamiento defienden un  dignísimo trabajo con limpieza y sin estridencias.  Informan clara y puntualmente; fotografían orgullosos el montón de originales recibidos, sin abrir, pendientes de lectura; cumplen los plazos, sin subterfugios; es obvio que no venden un gran ganador mediático; no declaran desierto el premio por tener escasa o desconocida concurrencia; desdeñan el eco de los grandes y cumplen con acertado criterio, independientes, galardonando poemarios tan honestos como su premio, ajenos a modas, bien concebidos, honrados y originales.  Deberían aprender otros más conocidos o más "enjundiosos" o más "alternativos", en un momento, en que muchos pensamos que la cantidad de dinero y ruido de un premio son inversamente proporcionales a la calidad del fallo (nunca mejor dicho).
Tomás García-Purriños con L: (El año que te conocí) en 2014, y  Marina Hidalgo Castroviejo con Pero de vez en cuando llueve,  en 2013, merecen una atenta lectura.  Coinciden ambos libros en su escritura cristalina, sin oscuridades. Ambos autores nos obligan a pensar que todavía no está dicho todo, que aún se puede escribir poesía del día a día, porque no existe la rutina si aplicas tu conciencia a desentrañarla. En ambos, un hablante poemático desgrana sus momentos con voz sincera. En ambos está presente la poesía de lo cotidiano, suenan como un diario personal o una bitácora poética. En ambos se descubren las consecuencias más inesperadas de los hechos más insignificantes.  En ambos encontramos buenas dosis de optimismo, pero también poemas críticos.  En ambos, el ser humano de a pie, anónimo, desconocido, encarna la auténtica heroicidad que esconden los medios de comunicación.  En ambos no se siguen escuelas, se desdeñan modas. Las coincidencias parecen más una reivindicación del jurado que una mera coincidencia.
Para sentirte único, para sentirte poeta en esos momentos en los que nadie te ve, cuando ves la lagartija del sueño, por la mañana el olor a café  y a vida fresca,  cuando "un loco impulso nos empuja a perseguir la belleza" en las imperfectas curvas de un membrillo, cuando "la inspiración se vuelve fulana" o te quedes sin cambio en el autobús para rozar una mano deseante y te transformes en espuma o cuando descubres con los hijos "tantas veces, lo mucho que esta rutina / ha dado vida a mi rutina" o que "un día / se enganchará tu niñez en algún tobogán, sin darte cuenta, y de repente / olvidarás / cuándo terminaste de columpiarte", para sentir todo esto en estas ocasiones es por lo que aconsejo seguir de cerca a los ganadores de este premio "Águila de poesía".
Esperaré siempre con interés el fallo del premio de Aguilar de Campoo y seguiré esperando que sea igual de independiente, contracorriente y honesto.