miércoles, 2 de septiembre de 2015

JUAN BONILLA, Hecho en falta (Poesía reunida) Visor, 2014, CONCEPTISMO PARA CAER DE BRUCES EN EL POEMA


Siempre he pensado que en la actualidad vivimos en un nuevo Barroco, en una crisis perenne, una duda constante entre la realidad y el sueño, lo verídico y lo virtual, la fe y la razón, el derroche y la austeridad.  El arte de hoy en día, en su caótica y diversa acumulación, refleja estos debates con la misma libertad con que los abordó en su siglo. Fuera del canon, aunque en esta misma marea de complejidades crecientes, sin prejuicios, irónico, con profundidad conceptista y demoledora, podemos disfrutar de la siempre sorprendente poesía de Juan Bonilla como una herramienta reveladora que desenmascara los excesos, los engaños y trampantojos de este neobarroco actual.


Hecho en falta antologa con nuevo criterio los poemas de J. Bonilla desde 1994 (Partes de guerra, Pre-textos) hasta  el 2009 (Cháchara, Ed Renacimiento) incluyendo algunos inéditos.  Aunque reformado en un solo volumen y escogidos sus poemas, se pueden rastrear durante la lectura diferentes bloques o líneas temáticas que se suceden en el siguiente orden:


- Los poemas que abordan el misterio de la propia identidad, el yo (El espía, p.11), la conciencia,  la autoexigencia (Cuanto sé de mí, p.14), a menudo afrontados con perspectiva paródica y crítica. Son reseñables las referencias a Gil de Biedma (Niño ciego p.22, No volveré a ser joven..., p. 28) y a Pessoa (Epitafio del enamorado, p.21 y Yo es otro, p.24).


- Los versos que plantean los grandes temas ontológicos, no sin concesiones al humor: Dios, (Epitafio del ateo, p.34),  la muerte, el sentido (Cháchara, p.37) y la paradoja de vivir (La caracola, p.76), la consciencia (La manzana del mago, p.65) el devenir y su nostalgia (Cádiz, p.42), la soledad (Anfield Stadium, p.48) o el amor y la comunicación (Pareja, p. 59). Entre ellos destacan los poemas que plantean la hipocresía de la sociedad de consumo (Fumar en Sarajevo, p.39 y Nadiuska, p.40).


- Las poesías que ahondan en la angustia (Niño que aguanta la risa p.93) el sentimiento de culpa (El hijo que no tuve, p.95) y el desamparo (Canción de auxilio, p.99) parecen cerrar de forma desesperanzada este bloque. La autocrítica o la parodia del yo que muestran los primeros poemas parece originar una línea que continúa con afán iconoclasta cuando J. Bonilla habla con  ironía de otras realidades como la patria (Denominación de origen: extranjero, p.45) o cuando redunda en el agnosticismo con que afronta la religión o la vida para llegar a este desesperanzado momento.


- Composiciones metapoéticas, donde se plantea la necesidad de una poesía que provoque sensaciones y reacciones,  (La ambición de Gottfried Benn, p.103 o Sueño de Maiakovski, p.105) la necesidad de una poesía impura (De todos y de nadie, p.108, con irónica cita de J.R. Jiménez).  Son abundantes las referencias literarias, desde Catulo a C. Peri Rossi, pasando por Lope, ...y no siempre inocentes: Un reclamo para la curiosidad.



Más allá de los temas planteados, lo que fascina en la obra de J. Bonilla son los procedimientos con que reformula estos asuntos  para sorprender al lector a través del juego conceptista. El pathos, la divina locura, el asombro, desvelan un conocimiento adormecido o meramente intuido en la mente de los lectores:



- Los registros populares, vulgares y escatológicos como las referencias a los cientos de pajas motivadas por las fantasías provocadas por Nadiuska (p. 40), expresiones como las que a continuación saco de contexto (A la mujer que últimamente patrocina sus pajas (p.119) que la verdad no es más que un periódico de Murcia (p.52), con la navaja de Okham quiero afeitarte el coño (p. 18) etc.) atrapan la atención y embarcan al lector dentro del ámbito coloquial del sentido común de lo cotidiano, de lo engañosamente superficial.



- La greguería:

En el tejado
                       la pelota embarcada
                                                                      sueña un partido        (p. 71)
Gracias por todos
                                   los años que me diste
                                                                      aquella noche             (p. 92)



- El epitafio siempre sorprendente:

Si alguien quiere escribir mi biografía
no hay nada más sencillo:
dispone de dos fechas solamente.                                                    (p.21)

Con  evidente mención a Pessoa:

Se depois de eu morrer, quiserem escrever a minha biografia,
Não há nada mais simples
Tem só duas datas — a da minha nascença e a da minha morte.
Entre uma e outra cousa todos os dias são meus...

Alberto Caeiro, en "Poemas Inconjuntos"



- Paradojas como la planteada en La Ouija (p.115) (Que se mueran los muertos... que no nos llenen más con su vacío). La aparente contradicción entre heroicidad y cotidianidad resuelta en Superhombre (p.61) o la que recuerda a Borges en La caracola (p.76) También podemos comentar las demoledoras paradojas que ahondan en el esfuerzo inútil de vivir: El viajero (p.44), Ventajas de la ficción (p.46) Benarés (p.53)



- Sarcasmo, humor negro o hiriente: En el poema En resumen (p.120) desgrana las desventajas de diferentes formas de suicidio para llegar a una conclusión Quizás mejor vivir, ¿no te parece? Armaos los unos a los otros llega a decir en Catolicismo (p.35). Encontramos abundantes casos de humor negro en los citados En resumen (p.120) La ouija (p.115) o cualquiera de los epitafios, pero lo más significativo puede encontrarse en las referencias  con que se ridiculiza a sí mismo, como en  Hai-ku, un síntoma más de su agnosticismo radical y de la perplejidad del artista ante el absurdo del mundo:

En todas partes esta sensación
de haberme presentado disfrazado a una fiesta de disfraces
que fue desconvocada sin que nadie me avisara.    (p.27)



- Esperpento: Entendiéndolo como deformación significativa con intención crítica podemos encontrarlo en Cordura de Dios.., (p.33) con la que transcribe la oración. Hay más ejemplos.



-Paronomasias, calambures...: Los juegos de palabras deforman sus referentes, encienden la inteligencia del lector, crean nuevos sentidos: Discogrescas (p.125), armaos los unos a los otros (p.35) Cartoon-piedra (p.46) om swet om (p. 30) L'amour la mugre (p. 87) y las conjugaciones de los verbos: vallejear, gildebiedmar o gamonear (p.125). Con intención iconoclasta: Dios es uno y estress (p.35) El mismo título del poemario (salvando la ortografía) plantea un interesante calambur autodegradante de oscura intención.



- La sorpresa pura e inesperada: La manzana del mago (p.65) es la exégesis de una epifanía; Última imagen de la destrucción (p.72) incluye un último detalle demoledor. Siempre espera el lector el último verso revelador que trastoca el sentido en cada una de las composiciones.



- Detallismo exagerado: Los poemas Oferta de empleo (p.73) y Cuanto sé de mí (p.14) en su inesperado pormenor declaradamente prosaico quizás ironizan sobre la sinceridad y la desnudez del poeta.



- La estética de lo cotidiano redunda en el recurso anterior: Oferta de empleo (p.73) En todas partes (p.12). Así se concluye que el mundo es una plantación de versos.



- Contrastes: En Misión de las estrellas (p. 82) se opone lo mejor y lo peor de la civilización a través del tamiz de un hablante con una mirada concreta y nada idealizadora. Este quería ser un poema de amor (p.88) relaciona las bolsas de basura como un indicio humorístico desmitificador. El Niño que se aguanta la risa (p.93) contrasta con la angustia del forense que descubre que ese cuerpo que ausculta es el suyo. Entre los contrastes más dramáticos y sorprendentes por las referencias situacionales o la cita de aquella actriz venida a menos encontramos Fumar en Sarajevo (p.38) y Nadiuska (p.40), en los que detalles cotidianos, ordinarios y escatológicos se funden con la superficialidad del consumismo y su cruel imperio.



- Fusión de tiempos, espacios o perspectivas. Con Los camiones (p. 60) se  funde el presente con el recuerdo;  con Noticia de sucesos (p.122) dos líneas, el privilegiado ciudadano y un emigrante desesperado, víctima y verdugo unidos en un absurdo crimen.



- Degradación hiperbólica: La Poética (p.102) transforma los versos en tos fingida que sólo busca oídos. Otro ejemplo lo tendríamos en las comparaciones degradantes o inverosímiles de Cromo ultraísta (p.11)

Es uno de esos días tan oscuros en los que los suicidas
no necesitan una carta para justificarse

Un muchacho
con cara de balón al poste en los minutos de descuento



- La paráfrasis sorprendente, la traición de algún tópico:

En De todos y de nadie (p.108) contradice a Juan Ramón Jiménez, traicionando el conocido poema con un vino primero oscura. Gil de Biedma es parafraseado en Niño ciego (p. 23)

que la vida no va en serio,

lo empezarás a comprender muy tarde

A Pessoa lo cita en el comentado Epitafio del enamorado (p.21) Maikovski (p.105) Catulo y otros poetas pueden ser rastreados también.

En cuanto a otros tópicos, por citar algunos, el del libro que salvarías en una isla desierta se soluciona brillantemente en Biblioteca (p.112), como también el de Blade Runner  (p.121) o el del Superhombre (p. 61)



- Referencias autocríticas y palinodias: Podemos encontrarlas en Balada baladí (p.118), prosonomasia que introduce una rima deliberadamente humorística con fondo,  La señora gorda (p.113), autoironía entre el poeta visceral y el acomodado y educado, y el palinódico Los poetas malditos (p.125)

Es imposible agotar el repertorio de recursos conceptistas, calambures, dilogías, deformaciones, ambigüedades, etc.. con  que J. Bonilla nos sorprende. Queden aquí reseñadas sólo estas pocas.



Hecho en falta desvela la poética de la inteligencia de J. Bonilla; descubre que el mundo es una plantación de versos (p.127): Merece la pena verlo desentrañado en sus páginas como una invitación para hacer la cosecha y desenmascararlo. Una poesía que, como soñaba Maiakovski, (p.105) sea útil y provoque reacciones, o como proponía Gottfried Benn proponga pronunciar una verdad intolerable (p.103) diciendo verdades como puños (p.106) en la fe de que hay cosas que el dinero no puede comprar (p.106). Esperemos que no cunda su silencio y que recupere esa fe.



la ciega confianza en que escribir
es un modo de engrandecer la vida
la confianza ciega en que vivir
no es nada si luego no sirve para caer de bruces
en un poema                                                                         (p. 126)