JAVIER
SÁNCHEZ MENÉNDEZ, Confuso laberinto, Renacimiento, los cuatro vientos, Sevilla, 2016.
Guía
de perplejos de un hijo de Asterión.
Javier
Sánchez Menéndez, (Puerto Real, Cádiz, 1964) es
un reconocido poeta y ensayista, autor de extensa y profunda obra[1]
que se complace en el desafío literario,
ensayístico, poético y periodístico. Uno de los retos de este dédalo que leemos se plantea en
su mismo género porque el lector aborda un libro hibridado con profunda intención
lírica. No podemos adjudicarlo a ninguno de los esquemas establecidos o quizás
podamos afiliarlo a muchos: La voz narratorial se transforma en hablante
poético; la anécdota, en motivo lírico; la fábula, en símbolo; la reflexión y
la filosofía se tornan en poética; los aforismos, en greguerías o en reflexión
ética y vital sobre la escritura. Una obra que se constituye en una auténtica Guía de perplejos, al fin, para
iniciarse y no perderse en la procelosa selva de la actualidad.
Frente
a Mediodía en Kensington park (anterior entrega del proyecto)
parece que la presente obra plantea una mayor vocación por constituir una poética,
un modelo que evite suspicacias y ambigüedades. Los elementos autobiográficos y
las referencias culturales se funden en reflexiones bien fundadas y muy
recomendables en un ambiente cada vez más mediático y superficial como es el
que ahora vivimos.
La lectura
de esta quinta entrega de Fábula
puede devenir en un intrigante juego, o en un reto, donde el laberinto, las reflexiones
metaliterarias, las referencias autobiográficas e intertextuales, ya
explícitas, ya implícitas, de la propia
obra o ajenas, se confunden con símbolos (girasoles, sombras, ángeles y diablos,
fotografías), indicios de una fábula, o con los diferentes caminos o hilos que
la incansable Aracne teje con
nuestras ideas para desesperación de los dioses. El tiempo de su lectura se
multiplica en sus meandros, en las sucesivas esquinas, en las galerías que se
hunden sin número en las relaciones que abren sus bifurcaciones, sus citas, sus
analogías.
Con
toda seguridad cada lector encontrará referencias escondidas en cada página de
este libro que el hijo de Asterión definiría como infinito: Podemos entrever al
Borges laberíntico o a su doppleganger,
la fotografía de Cortázar en las babas
del diablo que abre un nuevo curso en el tiempo, al Juan Ramón esencial, a Rilke,
a Catulo, el océano de voluntad de un Schopenhauer, las disquisiciones sofisticadas
de los presocráticos, los diálogos de Platón, Elliot, Bolaño, la
excepcionalidad de Kipling, la perpetua juventud de Barrie... Son tantas las
analogías ciertas y las sutiles evocaciones que se encienden en su lectura que sospechamos de cualquier
certidumbre.
Las
primeras palabras de Confuso laberinto
enlazan con Mediodía en Kensington park "La duna va avanzando por el centro del parque..", lo que
constituye un aviso del especial transcurrir temporal que nos espera entre sus
páginas. Matices y desvíos, recuerdos presentes, dobles ausentes, fotografías,
ángeles y demonios, voces oraculares se suceden entreverándose, de un modo casi
proustiano, en una fábula insomne en que se relacionan vivencias presentes y
referidas, vivencias sincrónicas, vivencias intertemporales, vivencias ucrónicas
para ir cercando el asunto que dirige profundamente la voluntad de este libro:
la poesía. La relación entre la duda (el matiz) y el poeta, la sinceridad, su
ritualización y la supuesta intensidad de algunos, su ética, la humilde
honestidad del creador auténtico.
Terminada
la lectura, deberíamos preguntarnos en este caos que desordena el tiempo: ¿Eres
Teseo o Minotauro, Ariadna o Aracne? ¿Intentas dar sentido al mundo en un instante
inspirado y orgulloso o constatas trabajosamente la fragilidad de todo
razonamiento? Sin duda "esa alma que descansa en estancias
recónditas" (p.20) es nuestro monstruoso yo, que espera...
Aún sigo disfrutando aupándome de
puntillas en una banqueta para alcanzar a ver el milagro de aquel espejo, de
esta guía de perplejos de un hijo de Asterión que observa con curiosidad a
quienes entran en sus infinitas estancias.
[1] Una aproximación al desconcierto, Sevilla, SIM-Libros, 2011, Faltan palabras en el
diccionario (Poemas escogidos 1983-2011), Madrid, Libros del Aire, 2011; Cartoons,
Sevilla, La Isla de Siltolá, 2011; El violín mojado, Madrid, Libros del Aire,
2013; Por complacer a mis superiores (Antología poética), Sevilla,
Ediciones En Huida, 2014; La muerte oculta, Sevilla, Vitela, 2014; Perdona
la franqueza, Córdoba, Detorres Editores, 2015... También es autor de los
proyectos El libro de los indolentes y
Fábula). Podemos incluir Confuso laberinto como
quinta entrega del decamerón
proyectado en Fábula: La vida alrededor, Sevilla, La Isla de Siltolá, Colección
Álogos, 2010.; Teoría de las Inclinaciones, Valencina de la Concepción
(Sevilla), Los Papeles del Sitio, 2012; Libre
de la tormenta, Sevilla, La Isla de Siltolá, 2013. Mediodía
en Kensington Park, Sevilla, Ediciones de la Isla de Siltolá, 2015; Confuso
laberinto, Sevilla, Editorial Renacimiento, Colección Los Cuatro Vientos,
2015.