jueves, 6 de agosto de 2015

Hotel Origen de Javier Vela, Pre-textos 2015, XV Premio Emilio Prados

Poco queda por decir después de leer la magnífica reseña de Carlos Alcorta en la revista Clarín (nº117) (recopilada en su blog, carlosalcorta.wordpress.com) sobre Hotel Origen.  Después de comentar los títulos y premios de Javier Vela (Adonáis, Loewe,..), Carlos Alcorta estructura su última obra en dos niveles: las tres secciones (Zoológico privado, Cuando el monarca espera y Dos mil cuarenta y seis) y los dos niveles semánticos señalados con diferente tipografía (conversacional-descriptivo en redonda y sentencioso-conclusivo en cursiva) a lo largo de todo el poemario; reflexionando sobre las meditaciones metapoéticas y ontológicas  que devienen de los poemas. Especialmente esclarecedora resulta la razón del enigmático título de la tercera parte del poemario (Dos mil cuarenta y seis es el título de una película de Won Kar-wai que ahonda sobre la caducidad del amor) y sus comentarios sobre la relación entre poesía y erotismo (siguiendo la estela de Octavio Paz en La llama doble).

Sólo me atrevería a aventurar alguna razón sobre los demás títulos del poemario (desentrañado ya el de la 3ª parte, Dos mil cuarenta y seis): La primera parte, Zoológico privado, podría hacer referencia al poemario de Ángel Pestime (Mi zoo privado. La habitación salvaje) con el que comparte asunto erótico y la segunda, Cuando el monarca espera, quizás remita en su tono al Cantar de los cantares (1:12 Mientras el rey está en su diván..). La especulación es parte del juego que nos propone Javier Vela...



Hotel Origen aparenta tener un marcado carácter confesional parece un diario indiscreto compuesto por 86 breves poemas. Lo esencial y el enfoque del detalle son marcas de su estilo. Prácticamente narra la historia de una relación amorosa que transita por diferentes estadios emocionales: el enamoramiento, la pasión, el desencuentro, la reconcialiación, el erotismo, la separación.. Un personaje poemático centrará la acción y la reflexión, su donna angelicata, su Laura, encarnada en Amara, una presencia juvenil de profundo erotismo y un catalizador amoroso de las reflexiones y de la evolución del poeta.

La experiencia erótica, tan presente en todo el poemario, es observada por el narrador poemático, desvelando en cada momento las diferentes facetas desconocidas del amante y de la amada, ambos en evolución. La vida no deja tiempo para la comprensión; el poema se transforma en una manera de entender al otro y de comprenderse a sí mismo.



Todo poema esconde un crucigrama  

Descifro las palabras aún no escritas

para ordenar mi propio pensamiento..                    (p 87)



Efectivamente, el psicólogo francés Henri Delacroix (reseñado por Pedro Salinas) escribió que al hablar, el hombre dejaba de ser una cosa entre las cosas y se situaba fuera de ellas, para percibirlas y actuar. El lenguaje es necesario para el pensamiento, para tener conciencia. Salinas (El defensor) afirmaba que "el pensamiento hace el lenguaje, y al mismo tiempo se hace por medio del lenguaje. Éste es el papel valiosísimo del idioma". No puedo dejar de relacionar la "prosía" de Salinas, el gran poeta del amor, y su búsqueda del ingenio como ingrediente clave del poema, con Hotel Origen. Cada escena del poemario propone una reflexión o una mirada diferente; consigue hacer trascendente el amor erótico; consigue que de lo concreto lleguemos a lo absoluto.



La forma en que te quitas el vestido

mirándolo caer sobre la cama

basta para fundar una galaxia.                               (p. 36)



Admiro su torpeza luminosa,

pura torsión de límites.

Hago pasar imágenes que tienen

textura de recuerdo, sin tocarlas.

Como un niño que rompe su reloj

para entender el tiempo

y se le escapa                                                        (p 38)



En ese mismo afán, el de comprender lo que nos rodea, nos encontramos todos los lectores de poesía. Javier Vela nos obliga con sus poemas a un placentero y transcendente acto de voyeurismo para comprender un poco más que sólo somos nuestro empeño, nuestro propio afán:



Somos lo que observamos:

mis ojos se deleitan en la nube, en lugar de en el cielo:

se abisman en la forma, en lugar de en el fondo;

se obstinan en ver algo, en lugar de ver nada                (p. 39)

2 comentarios:

  1. El tópico amoroso, uno de los núcleos centrales de nuestra tradición literaria, siempre parece nuevo y renacido en la buena poesía. En "Hotel Origen" Javier Vela consigue, con un lenguaje nítido y coloquial, aportar nuevos matices. Convierte la identidad del otro en una prolongación del yo con quien es posible la interpelación cercana y el diálogo sentimental. Un excelente poemario cuyas coordenadas analizas con mucho acierto. Un abrazo desde Rivas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un placer coincidir en un poemario con alguien. Gracias por tus amables palabras.

      Eliminar