Esperaré siempre con interés el fallo del
premio de Aguilar de Campoo. La Biblioteca pública y la Concejalía
de cultura de este Ayuntamiento defienden un dignísimo trabajo con limpieza y sin
estridencias. Informan clara y puntualmente;
fotografían orgullosos el montón de originales recibidos, sin abrir, pendientes
de lectura; cumplen los plazos, sin subterfugios; es obvio que no venden un
gran ganador mediático; no declaran desierto el premio por tener escasa o
desconocida concurrencia; desdeñan el eco de los grandes y cumplen con acertado
criterio, independientes, galardonando poemarios tan honestos como su premio,
ajenos a modas, bien concebidos, honrados y originales. Deberían aprender otros más conocidos o más
"enjundiosos" o más "alternativos", en un momento, en que
muchos pensamos que la cantidad de dinero y ruido de un premio son inversamente
proporcionales a la calidad del fallo (nunca mejor dicho).
Tomás
García-Purriños con L: (El año que te conocí) en 2014,
y Marina
Hidalgo Castroviejo con Pero de vez en cuando llueve, en 2013, merecen una atenta lectura. Coinciden ambos libros en su escritura cristalina,
sin oscuridades. Ambos autores nos obligan a pensar que todavía no está dicho
todo, que aún se puede escribir poesía del día a día, porque no existe la
rutina si aplicas tu conciencia a desentrañarla. En ambos, un hablante
poemático desgrana sus momentos con voz sincera. En ambos está presente la
poesía de lo cotidiano, suenan como un diario personal o una bitácora poética.
En ambos se descubren las consecuencias más inesperadas de los hechos más
insignificantes. En ambos encontramos
buenas dosis de optimismo, pero también poemas críticos. En ambos, el ser humano de a pie, anónimo,
desconocido, encarna la auténtica heroicidad que esconden los medios de
comunicación. En ambos no se siguen
escuelas, se desdeñan modas. Las coincidencias parecen más una reivindicación
del jurado que una mera coincidencia.
Para sentirte único, para sentirte poeta en
esos momentos en los que nadie te ve, cuando ves la lagartija del sueño, por la
mañana el olor a café y a vida fresca, cuando "un loco impulso nos empuja a
perseguir la belleza" en las imperfectas curvas de un membrillo, cuando
"la inspiración se vuelve fulana" o te quedes sin cambio en el
autobús para rozar una mano deseante y te transformes en espuma o cuando
descubres con los hijos "tantas veces, lo mucho que esta rutina / ha dado
vida a mi rutina" o que "un día / se enganchará tu niñez en algún
tobogán, sin darte cuenta, y de repente / olvidarás / cuándo terminaste de
columpiarte", para sentir todo esto en estas ocasiones es por lo que aconsejo
seguir de cerca a los ganadores de este premio "Águila de poesía".
Esperaré siempre con interés el fallo del
premio de Aguilar de Campoo y seguiré esperando que sea igual de independiente,
contracorriente y honesto.
Oleh esa es mi profe sigue asi!!
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